Una luna deseosa de alegrías
Ha caído sobre tu cabello acurrucado en el umbral de la noche
Ásperas son tus sonrisas cuando la ves depositada en tu vientre de fuego
Serpenteas buscando la luz que se pierde entre tus piernas
Y mi mirada se resiente al verse despojada por su encanto
Esta luna ha venido de lejos
Ha llenado hogares desdichados
Ha desandado lugares por estar aquí
Y desato amoríos en su transitar
Ella amor
Ella
Conoció tus desvelos
Fiel compañía fue en tus noches de alma exiliada
Plasmando las sombras de tus ardientes lagrimas, en las paredes
desechas por los desafortunados
Cuando clamaste al cielo evitando el ultraje al que te sometían
Luna llena traes en tus ojos
Lunas nuevas me depositas en tu lecho
Y mi pecho se habré al cielo
Ese cielo que la inmensidad no pudo atrapar
Y en tu mirada descubrió su lugar
Para el guerrero, no existe amor imposible. Él no se deja intimidar por el silencio, por la indiferencia o por el rechazo. Sabe que, tras la máscara de hielo que usan las personas, existe un corazón de fuego. Por eso el guerrero arriesga más que los otros. Busca incesantemente el amor de alguien, aun cuando esto signifique escuchar muchas veces la palabra "no", regresar a casa derrotado, sentirse rechazado en cuerpo y alma.
LA MIRADA INQUIETA
24 de mayo de 2011
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